La verdad es que sí:
A lo mejor son manías mías, pero tengo la impresión de que en el caso Bárcenas todo marcha a una lentitud exasperante. Al principio parecía cosa del parón veraniego, que la justicia había cerrado por vacaciones después de meter a Bárcenas en Soto del Real como si lo hubieran mandado a un camping. Pero va terminando septiembre y las cosas no se han movido mucho. Al juez Ruz se le acaba de ocurrir que podría haber indicios de delito en la destrucción de los ordenadores de Bárcenas, una sospecha que se me había ocurrido a mí, a usted y a Bárcenas aproximadamente a los quince segundos de enterarnos de la noticia. No sé, sonaba raro, qué quieren que les diga.
En este asunto, al juez Ruz nadie le puede reprochar que no se ande con pies de plomo. De plomo y de doble suela. Cuando pidió al fin el traslado de los ordenadores del ex tesorero lo hizo con tantas precauciones que lo extraño no es que se hubieran borrado los discos duros, sino que la sede del PP siguiera todavía en el mismo sitio. Si espera un poco más, la calle Génova podría haber sido arrastrada por la morrena de un glaciar cayendo desde Somosierra.
Leedle entero en Público.
DAVID TORRES, ERES UN GRANDE.
Un ABRAZO,
Lola.
El caso Bárcenas tiene este ralentí por la propia dinámica del mismo; veinte años siendo tesorero del PP es inversamente proporcional al interés de los cúpulos del PP, multiplicado por el tamaño de la manta carcelaria del señor Bárcenas y dividido por la velocidad en que aquél tardará en levantarla. Los discos duros volatilizados de los ordenadores son cosa del oficio(de los plutocrátas implicados en la opacidad de la gestión de un partido que más bien parece una oficina recaudatoria de la Hacienda B del Estado). De la gestión del tesorero del partido sólo responde el tesorero mismo. De los sobres de los sobresueldos responde…¿la oficina de correos?