Para que esta noche, en la intimidad de nuestro hogar, tres practicantes del internacionalismo y la amistad sin fronteras disfrutemos de mis guisos transversales. Un chileno, una sueca y esta mediterránea degustaremos gambas y calamarcitos de la tierra como entrada, y después una marmitako de rape que suele quedarme de rechupete, todo regado con los oportunos caldos. Ha sido un día de mucho pensar en cómo hemos llegado hasta aquí, pero a partir de ahora pongo el automático de la pequeña felicidad y os deseo que hagáis lo mismo. Que la calidez no se quede a nuestra puerta.

Feliz Nochebuena y mejor Navidad.