Un país medio vacío:

 Allá donde vayas encuentras el mismo paisaje: un vacío que lo va engullendo todo. Polígonos industriales con cada vez más naves cerradas. Empresas donde la plantilla se va reduciendo a la mitad, a la tercera parte, un quinto. Calle enteras donde apenas queda un local con actividad, la mayoría con la persiana bajada. Mercados con los últimos puestos abiertos. Explanadas de asfalto llenas de camiones ociosos. Bares que mantienen el cartel de “Cerrado por vacaciones”, ya descolorido. Camas de hotel que nunca se deshacen. Salas de cine y teatro donde el público ocupa unas pocas butacas, hasta que acaban cerrando. Autopistas por donde apenas pasa un coche.

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