Según la crónica de Belinchón para www.elpais.com, un análisis del cine comercial tardofranquista. La verdad es que, cuando veo pelis de aquellas, muchas de ellas políticamente despreciables, moralmente infumables, socialmente aberrantes y cinematográficamente insignificantes, veo perfectamente la España que fue, que a veces, por desgracia, me parece la España que es y que será.
Este libro parece apetecible
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La España que dejaba el blanco y negro y se metía de golpe y de cabeza en el teksniscolors sin saber darle al botón de arranque, pasando de la alpargata al zapato de tacón de aguja -stiletto, dicen ahora, tan cool como se han vuelto los «críticos» de las pasarelas de moda-, dando traspiés al caminar, rumbosos, sin complejos, sin miedo al ridículo… así estamos…
Me lo apunto, thanks.
Yo es que hasta revisitando la mítica «Yo, Claudio» veo prácticamente lo mismo en los gobernantes de antes que en los de hoy, solo que ahora la conciencia punitiva es algo mayor en varios lugares, la crimonología más eficaz y hay tuits y faces para cazar todo al vuelo.