… es a la Justicia, lo que la música militar a Mozart, podríamos decir:
Seguro que no es esa la intención de Defensa, pero el mensaje que algunos leen en el expediente disciplinario abierto a la capitán Zaida Cantero puede resultar demoledor para la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas, del que este mes se cumplen 25 años: la militar que denuncie a un superior por acoso sexual, y más si consigue que sea condenado, tiene muy difícil seguir en el Ejército.
Lo cuenta Miguel González en El País.
Ayer en A vivir que son dos días del Pino y Martí entrevistaron a la primera teniente coronel del ejército español. Ésta defendía que en el ejército existen unas condiciones fenomenales para las nosotras y que en lo que a acoso sexual se refería era una institución privilegiada y avanzada en la aplicación de los derechos de las mujeres. Con un par de ovarios.
Le recordaron lo que a esta misma teniente coronel le sucedió allá por los 90 con motivo de su primer embarazo y salieron a la luz unas palabras (no recuerdo si de una sentencia militar) en las que se le prohibía vestir el honroso uniforme hasta que su estado -de preñez- adquiriese la dignidad suficiente. Ella dijo que eran otros tiempos. Y es verdad; los bíblicos también eran tiempos distintos y en el libro sagrado se recogieron ampliamente esas mierdas de prejuicios ancestrales sobre la mujer menstruante impura, igualemente impuro todo aquel que la tocara o tocase y el resto de la retahíla de porquerías obtusas.
Hay otros tiempos, pero están en éste. Y si no, que alguien mire el vídeo de los fachorros gordacos atacando la sede de la Generalitat Catalana en Madrid.
Sí, se pierde mucho el «aire» marcial cuando una está embarazada, lleve o no uniforme.