Que va a ser que Gallardón, para que su mujer reciba la herencia correpondiente de su padre, está presionado por su familia política (nunca mejor dicho) a esa ley del aborto afranquistada.
Raul Fernandez Justo 13 mayo, 2013 en 19:12
A ver si lo de Rios Montt inspira. Lesa humanidad, y la no prescripción de los delitos, van de la mano. Que cunda el ejemplo…
Jesús Eugenio Llamas Renedo 19 mayo, 2013 en 17:56
Lo de Rios Montt es realismo sudamericano en estado puro. Ninguna novela es comparable a esta realidad. Lo grave es lo gilipollas que somos. Siempre estamos leyendo las mismas historias, las repetimos como si continuamente olvidaramos las anteriores. El aplastamiento de las masas sucede desde que comenzamos a tirarnos piedras antes de saber escribir.
Que va a ser que Gallardón, para que su mujer reciba la herencia correpondiente de su padre, está presionado por su familia política (nunca mejor dicho) a esa ley del aborto afranquistada.
A ver si lo de Rios Montt inspira. Lesa humanidad, y la no prescripción de los delitos, van de la mano. Que cunda el ejemplo…
Lo de Rios Montt es realismo sudamericano en estado puro. Ninguna novela es comparable a esta realidad. Lo grave es lo gilipollas que somos. Siempre estamos leyendo las mismas historias, las repetimos como si continuamente olvidaramos las anteriores. El aplastamiento de las masas sucede desde que comenzamos a tirarnos piedras antes de saber escribir.