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Nadie comprendió tan pronto el siglo XX como George Orwell.
Esta semana se ha publicado “George Orwell: A Life in Letters”. El libro contiene una carta fascinante donde Orwell explica la tesis principal de “1984? que escribiría dos años después».
Creo que os gustará esta pieza de Principia Marsupia. Podéis leerla entera, con sus links, en www.publico.es
La lista maldita de George Orwell, escritor… y espía
Ven la luz sus «chivateos» anticomunistas
Adam Feinstein
Especial para El Mundo
Londres.- George Orwell, el autor inglés de libros clave de la literatura europea como Rebelión en la granja o 1984, en los que condenaba sin piedad al totalitarismo, fue un informador del gobierno británico a la caza del enemigo comunista. Orwell apuntó una lista de los nombres de más de 130 «cripto-comunistas», entre ellos personalidades británicas tan famosas como el actor Charlie Chaplin y el dramaturgo George Bernard Shaw. También figuran en la lista maldita John Steinbeck y Orson Welles.
Orwell, icono socialista herido durante la Guerra Civil española mientras luchaba contra los fascistas, elaboró esta lista -facilitada ayer por el rotativo londinense Daily Telegraph- por orden alfabético; su existencia ha sido un secreto durante casi medio siglo, pese a que las oscuras tareas del escritor sí eran conocidas desde hace tiempo.
Antes de su muerte.- La lista será publicada de manera oficial en una nueva edición de las obras de Orwell, que aparecerá en 20 tomos la semana que viene. Era una de las últimas cosas que escribió Orwell antes de su muerte de tuberculosis en 1950.
El año anterior había entregado una lista de 35 de estos nombres a su amigas, Celia Kirwan, que trabajaba para una unidad de propaganda anticomunista que formaba parte del Ministerio británico de Asuntos Exteriores, con la intención de enfrentarse con la propaganda soviética.
La identidad de aquellos 35 nombres sigue siendo un misterio y la misma Kirwan, ahora una viuda con residencia en Cambridge, dice no recordar los nombres. Sin embargo, defiende todas y cada una de las acciones de Orwell: «Yo creo que George tenía todo el derecho a hacerlo. Lo que me da rabia es cuando los periódicos dicen que George traicionó a sus amigos. Eso no es cierto, sencillamente porque esta gente no eran amigos suyos».
El escritor mismo no prestó mucha importancia a los nombres que entregó a Kirwan. En una carta que incluía en esta lista, afirmó: «No es muy sensacional, y supongo que no dirá a tus amigos nada que no saben ya. Al mismo tiempo, no es mala idea tener una lista de la gente con la cual no se puede contar».
Añadió que, si esta lista se hubiera creado antes, podía haber impedido que alguna gente «se asegurase su entrada en importantes puestos de propaganda, desde los que probablemente pudieron hacernos mucho dano».
Las opiniones de Orwell sobre las personas que figuran en su cuaderno son de lectura fascinante. En Bernard Shaw, según él, no se podía confiar porque era «constantemente pro ruso sobre todas las cuestiones más importantes». En otro lugar de la lista, describe sin piedad al célebre dramaturgo Sean O’Casey como «muy estúpido».
Orwell, como demuestran sus novelas 1984 y Rebelión en la granja, odiaba con pasión al totalitarismo en todas su formas. Aunque guardaba sus ideales socialistas, desdeñaba a las gentes de izquierda que apoyaban a la Unión Soviética a pesar de las pruebas concretas de las atrocidades cometidas por Stalin. Pero al mismo tiempo que denunció al Big Brother -los servicios de seguridad que vigilaban tan de cerca a los ciudadanos en sociedadas autocráticas- él mismo estaba actuando como informador, actitud que ha horrorizado a destacadas personalidades y admiradores de Orwell como Michael Foot, el antiguo líder del Partido Laborista británico.
Hay un enemigo al que ningún dictador podrá derrotar nunca; a su sucesor.
Es indudable su aportación a la visión ,en su conjunto, de lo que fue el siglo XX. «Rebelión en la Granja» es,a día de hoy, un retrato minucioso de lo que su intuición(erudición) visualizó para los tiempos que nos toca vivir. Sus cerdos son ahora nuestros estadistas, y el dios que todo lo rige son los mercados y el poder económico que se oculta en la sombra. Orwell aún aporta, ¡qué ya es mucho decir!
Muy interesante