Pues sí, mi vuelta no ha podido ir mejor. Al principio, mientras en el avión me preparaba para salir por el finger, me entró tremenda nostalgia de Tonino, que hasta casi el fin me recibía en la esquina, con Neus, y me abroncaba por haberme ido, y se entregaba a todo tipo de cariños con Vicens, el amigo que siempre me viene a recoger. Pero me sequé la lagrimilla y adelante. Y en casa estaba Neus, ilusionada por ver qué cara ponía al ver que el piso ha sido pintado maravillosamente, con los mismos colores, y que todas mis cosas han vuelto a su sitio. ¡Mary Poppins! Neus, secundada por la Pepi, y con un terceto de pintores de esos que aman su oficio. Por consiguiente, me siento con fuerzas para afrontar las insensateces del mundo exterior.

Mientras organizo las fotos en el iPhoto, que he tenido que actualizar, para subíroslas, os dejo mi colu de hoy.