Si poseyera el poder de resucitar a los muertos, no caben en este post ni siquiera las iniciales, mis queridos muertos de varios continentes y no pocos horrores. Si tuviera el don de resucitar los lugares hoy bombardeados, los rincones escarnecidos, las aceras burladas, los jardines quemados… Si pudiera volver a los septiembres mediorientales, con amigos que ya no están, y alfombras en la paredes, y rumor de fuentes en interiores…

Pero todavía tengo el don de la memoria. Y os recuerdo y os vivo. Y os doy las gracias por haberme recibido en algún momento de vuestras, siempre, demasiado cortas existencias.