«Comprendo profundamente el entusiasmo de muchos sirios ante la posibilidad de que la máquina de matar del régimen sufra un golpe militar, porque los aviones, la artillería y los misiles balísticos han hecho de la muerte el principal titular, y a veces el único en la rutina de muchas zonas de Siria. Pero este entusiasmo es tan doloroso como excesivamente optimista: no hay probabilidades de que la capacidad del régimen de matar sea diezmada de forma tangible. Tal vez el golpe “reformatorio” provoque la pérdida de sus capacidades aéreas y de lanzamiento de misiles, y ello irá, temporalmente, en interés de las zonas que se escapan al control del régimen en el norte. Pero ¿qué pasará en el resto de zonas de Siria? Sea el golpe que sea, y sea lo fuerte que sea, no logrará detener los aparatos de la matanza: las armas individuales, la artillería ligera y media… ¿Qué pasará en los lugares que se encuentran entre zonas bajo influencia del régimen? ¿Alguien duda de que serán testigos de masacres atroces? No digo esto para caer en la trampa de que no se debe poner al régimen como objetivo por miedo a la represión al estilo de “sabéis que es un salvaje, ¿por qué lo provocáis?”. Solo pretendo mostrar que la idea de un golpe militar no salvará, numéricamente, a los civiles de la sed del régimen».

Leed completo el interesantísimo artículo de Yassin Swehat en Traducciones de la Revolución Siria