Es amiga Facebuck y ha escrito esto en mi muro: «Hay clases en las que las profes llevamos lo que podemos,porque hay críos que llegan desmayaditos de no desayunar,pero no dejan de ser pequeños parches para intentar hacer frente a este TERRORISMO DE ESTADO».
Una profesora
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Aún quedan por el mundo personas buenas y solidarias a las que se les desgarra el corazón cuando ven los resultados de las injusticias, en este caso, las víctimas inocentes, los niños, los más indefensos, junto con los viejitos.
Va una OVACIÓN por esa MAESTRA -qué palabra tan HERMOSA para referirse a los maestros de Primaria: si son MAESTROS, abren e iluminan, de forma definitiva, el camino que lleva al ESTUDIO y al RAZONAMIENTO, nos marcan de por vida y los recordamos con AMOR por su GENEROSIDAD y PACIENCIA en los primeros pasos titubeantes hacia el CONOCIMIENTO-.
¡¡¡GRAAANDEEEEEEEES!!!
Por otros conductos que no son las redes sociales virtuales, ya sabía y sé de estas «anécdotas» escolares. Un horror. ¡Qué recuerdos me traen! Y lo malo es que la «altisima povertà» está sirviendo para promover la ética de la resignación. Y digo yo: ¿por qué lo llaman ética, cuando quieren decir religión?
De Charles Dickens parece sacada esta lamentable historia. La infancia como objetivo de los recortes; no puede haber peor catadura moral en los responsables que toman esa decisiones.
Me uno al homenaje de Lola Fassía; ¡¡bravo,bien por esas maestras!!
Cuando lo leí se me encogió el corazón, como les deba pasar a ellos…Me uno a ese homenaje de Lola…..
Y a los que debería, no se les cae la cara de vergüenza?…