Qué año tan negro que termina con dos estrellas que se nos van. Joan Fontaine -preciosa y dulce e insegura pero fuerte Rebecca (no creo que Vivían Leigh hubiera dado la talla en ese papel)-, y Peter O’Tool (espléndidamente arropado en Lawrence de Arabia por Anthony Queen, Alec Guinness y mi adorado Omar Sharif -ay, esa joyita «El señor Ibrahim y las flores del Corán»)…
Descansen en Paz Joan y Peter
Zush 16 diciembre, 2013 en 18:59
Como actriz era grande, sobre todo cuando se aprovechaban los grandes directores de ese matiz aparentemente frágil y desvilado que tenía. Ejemplo: la Rebeca que menciona Lola y la otra película que rodó con Sir Alfred, Sospecha, y también Carta de una Desconocida, del gran Max Ophüls. Y digo aparentemente porque como persona era de armas tomar, más incluso que su hermana Olivia de Havilland (su odio mutuo es de sobra conocido). Casi todos los que trabajaban a su lado la ponían verde, incluida Sara Montiel tras rodar juntas. Era, por así decirlo, del gremio de Joan Crawford, Miriam Hopkins y otros «venenos fuera de la taquilla».
Qué año tan negro que termina con dos estrellas que se nos van.
Joan Fontaine -preciosa y dulce e insegura pero fuerte Rebecca (no creo que Vivían Leigh hubiera dado la talla en ese papel)-, y Peter O’Tool (espléndidamente arropado en Lawrence de Arabia por Anthony Queen, Alec Guinness y mi adorado Omar Sharif -ay, esa joyita «El señor Ibrahim y las flores del Corán»)…
Descansen en Paz Joan y Peter
Como actriz era grande, sobre todo cuando se aprovechaban los grandes directores de ese matiz aparentemente frágil y desvilado que tenía. Ejemplo: la Rebeca que menciona Lola y la otra película que rodó con Sir Alfred, Sospecha, y también Carta de una Desconocida, del gran Max Ophüls. Y digo aparentemente porque como persona era de armas tomar, más incluso que su hermana Olivia de Havilland (su odio mutuo es de sobra conocido). Casi todos los que trabajaban a su lado la ponían verde, incluida Sara Montiel tras rodar juntas. Era, por así decirlo, del gremio de Joan Crawford, Miriam Hopkins y otros «venenos fuera de la taquilla».
Adiós a carita de mono!