Aquí os dejo el primer párrafo de mi artículo de hoy en eldiario.e

Hacerse «un borbón y cuenta nueva» es una afortunada definición, inventada por mi admirado @carnecrudaradio para definir el nuevo estilismo de embustes que nos invade. Quiere decir que algo cambie para que nada cambie, pero también, me permito sugerir: hoy te dejo abortar un poquito más de lo que prometí permitirte, y con eso te tapo la boca. Quiere decir: hoy me hago un birlibirloque con los impuestos, algo por aquí, nada por allá, y resulta que no sólo hemos salido de la crisis sino que, además, vas a vivir como antes. Quiere decir muchas cosas más: naturalmente. Forrados, aforados, afogadores del pitu,afanadores, asfixiando y con el mazo dando, pero ¡en un Tiempo Nuevo! ¡Para una Nueva Era! ¡Con un Nuevo Monarca! Quiere decir, sobre todo, aquí no ha pasado nada y seguimos los de siempre al timón de la nave habitual surcando los procelosos mares de la mentira, la corrupción y la opacidad más indecente. Paso página y sigo en el mismo libro. Paso cheque y vuelvo a encontrar un cheque en blanco.

Sigo con la promo del libro, hoy regreso de Bilbao, donde todo fue muy bien, ya os contaré más largo. De entrada, la pena de ayer, que se concreta hoy en la despedida, bajando del avión y yendo a reunirme con los otros huérfanos de Ana María Matute, en su velatorio. Ayer me enteré en directo, en la SER bilbaina, y fijaos qué locura, me dije necesito llamar a Ana. Ana Moix, quería decir, quien fue su gran amiga y admiradora, quien me la descubrió pasándome «Primera memoria», en mi adolescencia. Pero tampoco está. Ojalá estén juntas en un espacio eterno lleno de árboles y de caminos formados por las palabras que nos dieron.