Aquí tenéis el primer párrafo de mi artículo de hoy:

Poco partidaria como soy de las patrias y de sus patriotas, observo, como muchos otros, un amor mundano y cálido hacia la ciudad en donde fui nacida, y en la que crecí, y a sus partes más íntimas. A falta de un pueblo pequeño, que para mí es la quintaesencia de lo próximo, concibo la ciudad como un conjunto de barrios convertidos en pueblos, en aldeas, en núcleos de convivencia en donde nadie debe sentirse excluido, nadie perdido o ajeno. Tal es mi ideal, y supongo que existe mucha gente como yo, personas que, ante la experiencia de la vida, de los avatares en que nos vemos envueltos, de las preguntas que debemos hacernos, cada vez nos ensimismamos más, pero no en el sentido egoísta sino en el de enriquecernos por dentro acotando el terreno, cuidándolo y amándolo.

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