O aquí Barcelona, toc toc clinc clic.

Fue raro volver, en forma de zombie, después de dos vuelos -muy bien, por cierto- y el tratamiento intermedio sufrido en el aeropuerto de Francfurt, nunca más, nunca más. Ha quedado pequeño y demodé, y los alemanes cada día están más soberbios y más cortos de entendederas. Sólo los trabajadores relegados a funciones secundarias -turcos, paquistaníes, indios, etc.-, te echaban una mano y te miraban a los ojos. Qué asco de Europa, de la Europa rica, sobre todo. Qué error fue regresar por territorio alemán. Pero bueno, a lo hecho, busto.

Os decía que  fue raro regresar hecha una especie de walking dead por el viaje, e ingresar por primera vez en mi nuevo apartamento, y aprender dónde quedan los interruptores, y cómo se cierran las ventanas para que encajen, y disfrutar de este silencio, pues sí que este trozo de calle es silencioso.

Ahora estoy en la cocina, que pese a que he perdido 40 metros en la mudanza, la cocina es como tres veces la anterir, y tener una mesa grande donde comer, escribir y jugar a las cartas, entre todo lo que puede hacerse en una mesa, es un placer de diosas.

Tengo en mis manos el ejemplar en papel de la revista 5w (ha nacido también en versión digital –www.revista5w.com-, que os recomiendo encarecidamente pues se trata de un experimento distinto, abslutamente impecable, que restaura el viejo y perido respeto entre reporteros y lectores, entre fotógrafos y observadores, entre periodistas y sus destinatarios. Es una gozada y me complace deciros que me han honrado dejándome participar, mañana miércoles 17, a las 19.00 horas, en el acto de presentación que se celebrará en Barcelona, en la Antigua Fábrica Damm (515). Será un acto muy interesante y, sin embargo, ameno.

Dentro de nada tomaré mi primera ducha en este piso. Begin the begin, siempre.