A ver cómo pasamos el invierno

La frase es de nuestra asomadora Celia y me da pie para entrar con este post, después de tanto tiempo. La verdad: han sucedido una serie de cosas horribles a mi alrededor que me han dejado bastante incapacitada para más comunicación que la del comentario sobre la realidad. Ahora estoy en vísperas de partir hacia Tarifa para encerrarme a escribir el libro y lidiar con mis fantasmas, después de esta temporada que me ha servido para aprender que siempre hay penas nuevas por venir, aunque puede decirse que no golpean en mi persona -salud y todo eso- sino en mis afectos y en esas nubes negras que te asaltan por la noche cuando seres queridos sí reciben muy malas noticias de la vida.

Os cuento todo esto porque no quiero que penséis que paso de blog, ni mucho menos. Al contrario, vuestra constante presencia me sirve para salir adelante en la aventura ésta de vivir, en la que hasta cuando eres vieja hay muchas cosas que te resultan tan nuevas como en la adolescencia, aunque te pillen más bregada.

Prometo que desde Tarifa os mandaré fotos preciosas del océano y que tendréis noticias mías. Gracias por acompañarme.

Por |2013-12-06T20:03:48+01:0029/11/2013|Categorías: intimidad|Etiquetas: , |22 Comentarios