Rompiendo un pistolón por «Django»
En mi opinión, desprende alegría de rodar. Se le nota tan feliz en el género, en la época: te deja muy buen cuerpo (lo mío del trancazo fue por la puerta, no por la peli).
Ya no atchís, pero tengo un morro que parece pontificio, y sigo en cama o equivalente.