Malos conocidos, buenos por conocer
Aquí tenéis el primer párrafo de mi artículo de hoy:
Cree el PP, en su calidad de ungido por el nacional catolicismo, por la cadena darwiniana del expolio (consagra la supervivencia del más despiadado), y por el aplauso del conservadurismo que gobierna la mayor parte de Europa, que la estafa, el fraude y el engaño, cuando los perpetra uno de sus miembros, o una manada, no sólo no son delito, sino que ni siquiera son pecado. En realidad, los hechos le dan la razón: por mucho que roben sus contrarios, son unos chapuceros a quienes siempre acaban pillando. Ellos no, ellos saben de triquiñuelas y conocen, desde hace generaciones, el arte de la apropiación del país que creen suyo. A ver si precisamente por este arte suyo van a tener premio electoral.