Animoso lunes
Me desayuno con la noticia de que, en la escala de playas hábiles para el turismo, nuestro país ha descendido al número diez. La culpa: la edificación desmedida. Con la Ley de Costas eso va a empeorar, de modo que ya tenemos un nuevo motivo para ponernos de indignación hasta el trigémino. Desde que nos desgobierna la codicia -con incursiones voluntarias de ese ciencia infusa que gobierna el inútil Banco de España- la mayor parte de los españoles vadeamos la mierda como podemos. Quiero decir que todo hace suponer que nos resignaremos a sumergirnos en un mar contaminado y asqueroso. Pero el turismo, no: y el turismo tiene nueve países más arriba del elenco donde elegir. Venga, alegría.
Os dejo aquí la Sabatina Intempestiva que Gregorio Morán dedicó al periodismo, nombrándome a mí con gran generosidad, en su sección de La Vanguardia.