Espartaco
Ahora que tenemos en la tele a unos musculitos haciendo el Spartacus, me gusta recordar el final de aquella magnífica película de Stanley Kubrick, producida por Kirk Douglas, que reunía lo espectacular con lo privado, lo social con lo íntimo, una superproducción ejemplar cuajada de interpretaciones de secundarios formidables (Charles Laughton, Peter Ustinov) y con mi amada Jean Simmons, más conmovedora que nunca. Arriba, el final de la peli, que todavía me hace llorar a chorros: «Tu hijo será libre». Y por abajo, un simpático brindis con agua mineral con rodaja de limón (le había dado al frasco de lo lindo) que miss Simmons le dedicó, ya en su estupenda vejez, al one and only Espartaco.