La reflexión de Olga Rodríguez
Sobre el sangriento recibimiento a los inmigrantes en Ceuta, en eldiario.es
Sobre el sangriento recibimiento a los inmigrantes en Ceuta, en eldiario.es
Así comienza:
A pesar de que la información es un servicio público, un derecho fundamental, un pilar básico de las sociedades libres, la mayoría de los medios de comunicación la tratan como mera mercancía cuya finalidad es la máxima rentabilidad económica y la capacidad de influencia política. Por eso fomentan la deshumanización y la competencia en vez de la colaboración entre los trabajadores, con el objetivo de impedir la movilización y, por tanto, la defensa de la calidad del periodismo. Las consecuencias de estas dinámicas son enormemente graves: frivolidad en el tratamiento informativo, selección arbitraria de lo que es noticiable, información al servicio del poder, y preferencia por el entretenimiento -en nombre de las audiencias- en detrimento de la información.
Y sigue en El Diario.
Sobre la forma en que Europa se blinda contra los inmigrantes:
La voluntad de migrar está en nuestro ADN. Hay en el acto de moverse todo un deseo de superación que ha constituido la base de la resistencia del ser humano, la esencia de su supervivencia como especie. Se migra para escapar de la pobreza, de las guerras, de las hambrunas, de catástrofes naturales, pero también para conocer nuevos mundos, para saber, para vivir, para experimentar, para aprender, para prosperar. Así ha sido siempre y así sigue siendo en la actualidad.
La historia de las personas que viajan a otros países sin nada es la gran odisea contemporánea, protagonizada por Marco Polos a los que las experiencias y el conocimiento acumulados en sus trayectos les cambia la mirada y el alma. A lo largo de sus viajes se van adhiriendo a su piel más vivencias de las que nunca tendrán esos hombres occidentales que, encerrados en sus despachos de perspectiva limitada, llevan la batuta de gobiernos y finanzas.
Vale la pena leerlo entero en El Diario.
Aquí, un aperitivo. No os lo perdáis:
Dice Naomi Klein que la estrategia de la doctrina del shock, ideada por el economista Milton Friedman y puesta en práctica por sus poderosos seguidores -desde presidentes estadounidenses hasta oligarcas rusos, pasando por dictadores del Tercer Mundo, catedráticos de universidad o directores del Fondo Monetario Internacional-, consiste en “esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las “reformas” sean permanentes”.
Entero, en El Diario.