Reportaje de la Barcelona antigua

Ayer hice pellas, y he aquí el resultado de mi paseo. Alba y yo caminamos hasta el Passeig del Born, entramos en Santa Maria del Mar, tomamos un vino en La Viña del Señor y nos disponíamos a ir a la Fira de Santa Lluçia, pasando previamente por el Perellada de la calle Argenteria para pedir mesa para las 3. Una avalancha de padres con los niños agarrados y el rostro de la ansiosa-ansiada Navidad puesto nos desanimaron. Tomamos un taxi en Pau Claris y nos largamos a un apacible Poble Sec en donde, en un restaurante estupendo y casero, nos alimentamos convenientemente. Luego fuimos al cine, a los Renoir Floridablanca, en donde ella vio A un dios salvaje, de Polanski, y yo la dormí felizmente. No me interesó en lo más mínimo y aproveché para echarme una siesta y digerir los canalons y los cargols. Lo pasé bárbaro. Hice fotos: me encantan los nombres de las callecitas y plazas.

fachada de ciutat vella

simpática tasca

oferta

calle del manojo de ajetes rojos

calle de los zurradores

no sé que es la fusina, ni sale en mis diccionarios

plaça de la puntual

san anton tuvo un hostal aquí

no tengo idea de que es una tantarantana, pero qué palabra bonita

esto es pasarse: convertir a dalí en revolucionario

y esto también: un ché guevara cebadito, en el restaurante

aprovechando un banco, en una callecita

paseo del borne

caballero en pasaje

preciosa floristería

y precioso sombrero

que no falte el mecanismo anti robos

foto de familia en la pared del restaurante

interior de santa maría del mar

la pequeña, deliciosa imagen

encaje de la vidriera

en el restaurante, homenaje a la picadora de carne tradicional

alba y yo, exhaustas de tanto zampar

en el bareto del renoir, presumiendo de bíceps de aquagym

alba guapa, bonita, preciosa, amiguita