Exteriores
No sé si alguien de vosotros escuchó ayer a la señora Jiménez, Trinidad, en la SER, por la noche. Se me pusieron los pelos de punta. Implícito en su discurso sobre los acontecimientos en El Aaiún se hallaba el argumento (tantas veces esgrimido por la Casa Blanca en el conflicto israelo-palestino) de «pedir moderación a las dos partes». Es decir, trabajo psicológico para situar a verdugos y víctimas en un plano de igualdad. Por otra parte, dijo que esperaba informaciones. O sea, que a ella también la engaña Marruecos y encima traga.