Escucho a Javier Solana, apeado de su carguerío pero todavía en cercanías de los poderes mundiales, hablando con Montserrat Domínguez en la SER. Más alla de su habitual tralará, tralará, tralará, tralará, que tanto tiene que ver con el lenguaje diplomático (además, creo notar que ahora habla el castellano con énfasis inglés), y de cepillarse en una sola frase lo de «la colonización» para explicar el empobrecimiento de China, hoy casi superado; más allá de esa aceptación dócil de todo lo asumible por los Estados sin que les salgan sarpullidos…. ¡Ha pronunciado una frase clara y comprometida! Concretamente ha dicho que «es impresentable» que España tenga hoy la cúpula de empresarios que tiene. Claro que, de inmediato, ha añadido que no iba a decir más.
Conocí a Solana cuando yo era redactora de Cultura de El País -la pomada de la Prensa, entonces- y me mandaron a cubrir una exposición que inauguraba Javier Solana, entonces flamantísimo ministro del ramo, en el primer mandato de Felipe González. Al terminar el acto me invitó a una cerveza. Yo pensé, para mis adentros, transida: Qué cambiazo, Maruja. De desconfiar del Gobierno a tomarte una caña con el titular de Cultura. Entonces habló el hombre:
-¿Quién te lo habría dicho, Maruja, que te ibas a tomar una caña con un ministro?
Ahí acabó mi breve fascinación con los nuevos gobernantes, y volví a mi habitual escepticismo periodístico.
Yo por Solana tengo cierta simpatía, creo que no es tan zafio como la mayoria de los políticos. Transmite serenidad, tiene cultura, vamos que se le puede sacar fuera del país y nuestra imagen quizás mejora.
Lo de la caña, quizás no era una broma de mal gusto por creerse demasiado importante al ser ministro; yo quiero pensar que hablaba de que ¡quién hubiera imaginado eso pocos años antes!, un sociata al fin en el gobierno y pudiendo tomar una birra con la «terror» de los periodistas ¿o de los políticos? .
A mí me gusta aunque no sea perfecto, aunque sólo sea por comparación con lo que se ve por el ruedo. Aún así quedan muchas incóignitas por resolver : guerra antigua Yugoslavia
-¿Quién te lo iba a decir, Maruja, que ibas a darle caña a uno de los Poder-osos?
Pos nadie tía! Que tú con tu (buena) pasta invitas a quién te sale…
Pues fíjate maruja, yo lo conocí hace años, bueno más que lo conocí, lo vi, en un pequeño jardín en un pueblo de león, escuchando unos conciertos de verano, y me impresionó verlo tan de vaqueros y camisa de cuadros, tan atento al piano y tan poco preocupado, en una imagén tan lejana de la que salen en periódicos y telediarios. Y allí sentado entre los vecinos de aquel pueblo que tan lejos están de Bruselas, de la OTAN y de todo, el podría parecer uno más, un maestro de escuela rural. Y a veces cuando lo veo en la prensa, como hace un par de días, preocupado por la situación de los gitanos en Francia, me vuelve a la cabeza su imagen de aquel verano.
¿Quien me iba a decir que la bloguera más tolerante del universo me iba a pasar por la trituradora?
yo también he flipao con la entrevista, ha hablado como si nunca hubiera gobernado ni aqui, ni en Europa ni en la Otan, que fuerte
Buenos días!
Muy bueno, Krust! No es lo mismo dar que tomar cañas… Sólo lo hace también quien puede, no quien quiere.
A mí Solana me inspira ternura, que le vamos a hacer… También coincidí con él un día, una figura que me pareció diminuta en medio de unos chicarrones sobrecarbohidratados, sus guardaespaldas, que le doblan en volumen. Fue el único en dar las gracias cuando les aguanté la puerta y le noté al responder yo con las «de nada» , si no ni le veo tan débil y delgadito allí en medio. Tiene 75 años el hombre, pero creo que es una de las cabezas más lúcidas del socialismo o lo que quiera que sea lo que hay ahora… o lo que sea él, después de pasar por Bruselas.
Ya me imagino el titular; «El ministro y la maruja, de cañas».
A mi tb. javier ( que no Luis) me parece uno de los personajes más valiosos de la vieja guardia del PSOE. De aquellos que, aún siendo pragmáticos, apostaron por salidas esperanzadoras para éste pueblo.
Se me viene a la cabeza la frase de Varguitas en nuestra piel: pero, en realidad, ¿ cuando se jodió España?. Y no quiero seguir con fugas de la memoria, porque aparece Gil de Biedma con lo de que entre las historias más tristes está la de España porque siempre sale mal…
¿Por qué será que coincidimos tanto? Igual es que tenemos razón.
El Solana levita que es un primor, me dio un regusto oirle lo de los empresarios pero, claro, es hablar por hablar.
Pasar de socialista culto, con ideología supuestamente, directamente a la OTAN, tiene narices y en Europa y Oriente Medio como Blair, ni más ni menos, «Aznar, Solana, basura americana» se gritaba en las manis cuando Yugoslavia.
Llegó a ministro de educación cuando una huelga de enseñantes se cargó a Maravall que era mucho mejor, comprometido con la enseñanza y que se lo creía, pero poco hábil para manejar la situación y que provocaba con sus declaraciones a un personal extrañamente unánime… uno de los objetivos de aquella huelga (que no el único) era hacer músculo sindical, lograr cierta afirmación en un sector poco proclive… bueno, no es malo, pero conseguimos cargarnos al mejor ministro de educación desde Marcelino Domingo.
Tras él llegó Solana cargado de sonrisas, recibió a todos, dió muchas palmadas… y mucho por el saco… no me consta que invitara a cañas pero puede ser…
Después hasta la Espe fue ministra de educación, que se dió a conocer gracias a los de CQC en esa época. Salvo el actual ministro de la cosa, que es un señor, pero no tiene competencias , hemos sufrido cada ejemplar…
Buena memoria Electra, tal como lo cuentas fue.
La memoria es lo que nos queda, y que no falte!
Entonces y muchas veces después, en huelgas de enseñanza y en huelgas generales, en mi cole, sí barrio obrero y minero, cerrábamos el colegio. Éramos alrededor de 40.
Luego impusieron servicios mínimos y algunos empezaron a arroncharse, ahora iremos tres o cuatro junto con auxiliares y limpiadoras.
Los nuevos no se enteran de que va por ellos. Así que voy a bronca y discusión diaria, qué vida!
ya van llegando, ya. jiji, ah, no se habían ido.
A mi me ha parecido el clásico que siempre dice lo conveniente… político en estado puro.
Lo del café confirma que es un muñón con buena pinta.
El Sr. Solana, se supone, cumple con sus obligaciones de forma responsable. Ahora bien si entramos en el análisis de su persona, diría, individuo muy bien formado e informado, pero para nada me transmite la sabiduría y humildad de las «grandes almas». Lo siento.