Éste caso -cualquiera que sea el resultado final- pasará a la historia como una gran estupidez. Es difícil de entender como un personaje como Urdangarín, acostumbrado a relacionarse a través del deporte con todo tipo de personas, -no se hasta donde llega su intelectualidad- haya llegado a cometer tal cantidad de gilipolleces. Salvo que creyera por su situación personal le diera patente de corso para creerse el ‘rey del cambalache’.
Éste caso -cualquiera que sea el resultado final- pasará a la historia como una gran estupidez. Es difícil de entender como un personaje como Urdangarín, acostumbrado a relacionarse a través del deporte con todo tipo de personas, -no se hasta donde llega su intelectualidad- haya llegado a cometer tal cantidad de gilipolleces. Salvo que creyera por su situación personal le diera patente de corso para creerse el ‘rey del cambalache’.
«Liebaertazo»