Lo de Almudena

En www.elpais.com

Os comunico que tengo un trancazo y que llevo en cama tres días, moqueando y tiritando. Bien atendida, eso sí. Lo pillé cuando, en plena proyección de «Django», de Tarantino (desmesurada: por eso me gustó, precisamente; tiene detalles e imágenes estupendas), un intempestivo se dejó la puerta de la sala abierta, y entró Siberia. Por entonces no nos dimos cuenta, pero a la salida yo, al menos, estaba ya en brazos de Odín. Total, en camita y dando las gracias por poder permitirme calefacción y una señora que limpia, la Pepi, preparándome un caldo.

Posdata: Al final no me dejé las bragas viejas en la habitación del hotel porque son las que más me gustan. Y no fui a comer polenta porque ese día salió el sol, nos pusimos a 17 grados a mediodía y con Francesca nos zampamos espléndidos tagliategli al broccoli en el buenísimo -y estrecho- restaurante Cul-de-Sac, junto a la estatua del Pasquino.

¡Atchíiiiiis!

(Me parece que hoy no os voy a subir guarrerías de corrupciones: descansons, que buena falta nos hacesons)

Por |2013-02-11T14:05:29+01:0011/02/2013|Categorías: periodismo, política|Etiquetas: , |31 Comentarios