De vuelta
Os confieso que he aprovechado la factura física que siempre me pasan los ajetreos -ir a Castellón y regresar el mismo día: no está mal-, dediqué las horas de reposo y parches de calor en las lumbares, más hielo en la rodilla contra la inflamación de tantas horas en tren o sentada, y los inevitables escalones -¿por qué el baño siempre está en otro piso?-, más Voltarén en pastillas, para aislarme del griterío mediático en torno al Apocalipsis y reponerme en todos los aspectos. En Castellón, la presentación fue muy bien -gracias, Babel, qué hermosa librería y qué buen público-, pero hay tantos comercios cerrados, tantos edificios vacíos que da grima. Y todo con esa capa de polvo amarillento, de obra a medio construcción, de Mediterráneo reventado puro y duro.
De regreso -ya del todo- he pasado la mañana leyendo concienzudamente los artículos que menos escandalosos resultan, aunque la alarma presente y constante sea más inevitable aún que las escaleras que siempre separan el baño de esta prenda.
En primer lugar: nuevo premio para Soledad Gallego-Díaz, el Ernest Udina. Os adjunto el link a la página en la que la felicitamos, para aquel que quiera dejar la suya. Y como es natural, vuelo a colgaros el artículo de Sol hoy en www.elpais.com
Claudi Pérez escribe sobre la hora de Eurpa en www.elpais.com
Y Enric González lo hace sobre Grecia: www.elpais.com
Sobre todo, no os perdáis éste de Barbara Spinelli, para La Repubblica, también sobre Grecia, cuya traducción se os facilita en www.presseurop.eu
Y NO OLVIDÉIS QUE HA SALIDO EL TERCER NUMERO DE «MONGOLIA», MUY PRIMOROSO.