Cosas que ocurren
En junio de 2006 yo estaba en Suecia. Había ido a Estocolmo para dar una charla, y durante tres o cuatro días estuve dando vueltas por la ciudad. Todo tan ordenado, tan limpio, tan bonito: decidí ir al mes siguiente de vacaciones a Beirut, en busca de Mediterráneo crudo. Allí me ocurrieron muchas cosas -un último revuelo hormonal y varios bombardeos- de las que salí bien librada; tuve un cambio de vida, aprendí a valorar asuntos que hasta entonces había utilizado sin ver lo privilegiada que era… De vuelta a Barcelona soy mucho mejor de lo que era aquella Maruja que observaba a los suecos, y más agradecida. Por ello me pone sumamente contenta la idea de viajar a Gotemburgo la última semana de este mes, para participar en su Feria del Libro. ¡Igual vuelve a pasarme algo determinante! O no. En todo caso, a mi regreso, me tocará preparar la maletita para pasar un mes en El Cairo, que es mi vicio de octubre, y en donde pienso adelantar mucho la novela.