Escuchar -no he podido evitarlo: ha sido un solo momento, pero repulsivo- la voz del actual director gerente de ese negocio que es la Comunidad de Madrid, hablando por la radio en entrevista con Pepa Bueno, me ha hecho dar un respingo en la cama -do moro mientras escribo hasta eso de las diez y pico: horario invernal para protojubiladas- y revisar mis reservas de bilis: aumentaban peligrosamente. Estoy harta de su ética, de su estética y de su sonido. Fuera.