Recuerdos de una buena noche
La de ayer, jueves, en el Café Vienés Jazz Club del hotel Casa Fuster. Me están haciendo, los compañeros de la Guía del Ocio de Barcelona, un reportaje sobre los lugares que prefiero de mi ciudad, y como es natural tenía que salir este local exquisito en el que el director del hotel, César Royo, suele tratarme como a una reina, y en donde se disfruta del mejor rincón jazzístico de la ciudad. Luego del reportaje nos quedamos mis amigas y yo a escuchar el concierto. Modernismo, belleza, un público estupendo… ¡y un cóctel ‘Fácil de matar’! Me sorprendieron con ello -Alba, de Ediciones Destino, y Verónica, de Planeta, amigas además, estaban en el ajo- cuando ya llevábamos una copita de champán cada una: apareció todo el asunto. Las copas, con un líquido color sangre -a juego con el elegante rojo de Navidad de la decoración-, y su contenido: whisky escocés, licor de mora, zumo de arándanos y granada natural. Te metes los granitos en la boca y vas trasegando. Bueno, considerando todo lo que sucedió después no estoy nada perjudicada. Os dejo fotos para que os distraigáis, que bastantes malas noticias tenemos ya.