Viva la vida y la viva la risa y viva el amor
Bueno, Tonino está mejor, aunque no bien. Pero come -le gusta la merluza, tonto no es- y bebe agua, y da paseítos lentos y mueve la cola. Las vidas de los perros son cortas, pero nos enseñan a ser mejores.
Ayer empecé a reincorporarme al mundo de la actualidad y, francamente, ya le dedicaré atención la semana que viene. Además, esta tarde los niños de mi escalera celebran la navidad, representan una obra teatral y los mayores les aplaudimos, los disfrutamos y brindamos con cavita. No estoy para dedicarme a profundidades.
Hablemos de Blake Edwards. Genio de los buenos guiones y de la dirección como era -de esa raza que ha desaparecido-, que contaba la historia en imágenes y las palabras justas, sería una tontería suprema que me pusiera pomposa para glosarle. Se glosa solo. Os adjunto un homenaje que he encontrado en nuestro tube, con gags de The Party (odio que aquí la llamaran el guateque, cómo estaba este país a la sazón), así como un par de fotos de dos de sus muchos secundarios. Graham Stark estaba casi siempre; su camarero de Victor, Victoria es cosa fina. Personalmente, adoro a Nedra Volz, la diminuta anciana que llevaba la bandeja en 10, la mujer perfecta, que atravesaba el salón cada vez más encorvada, y que cuando se soltaba un pedo el perro huía de la habitación.
Mi amigo Jaume Figueras me ha contado que en los 90 estuvo en un cóctel en Cannes, me parece que fue por la presentación de la última pantera. Ni Edwards ni Julie Andrews concedieron entrevistas, pero Jaume consiguió hacerle una pregunta con el micro, acerca de lo mucho que le había emocionado Días de vino y rosas. B.E. respondió que esa película ya no se podría rodar ahora, pues su verdadero tema, más que la destrucción de una pareja por el alcohol, era la destrucción de una pareja por la vida social. Vida social -superficial y vacía- que él odiaba, digo yo, cualquiera que fuera el escenario en que se desarrollaba, fuera en el Hollywood de The Party o de S.O.B. o en el mundo de las empresas de relaciones públicas (la peli es de 1962; creo que los creadores de la serie Mad Men la tuvieron en cuenta). Ya sabéis, por otra parte, que en la dirección de Días… Edwards reemplazó al director previsto, John Frankenheimer, el mismo al que también sustituyó en Desayuno con diamantes. Vistos los resultados, me alegro, aunque tengo en mucho aprecio al director de El tren.
Por otra parte, también me acuerdo mucho del submarino pintado de rosa de Operación Pacífico, de los soldados yanquies en Italia de ¿Qué hiciste en la guerra, papi? y del genial, genial Jack Lemmon por partida doble de La carrera del siglo.