Poesía
Tras la Experiencia Hospitalaria me fui ayer a una librería y compré El emperrado corazón amora, de Juan Gelman. Ahí va una:
Cielo sereno, aire sereno
sobre pasiones ciegas y
puertos que anclan madrugadas
ebrias de su naufragio, vinos
de la felicidad donde el mundo
se detuvo. Gira la entraña
de soles desconocidos, vientos
que ninguno tocó.