10 años sin Paco

milana bonita

 

 

 

En los tiempos en que no existían los excesos televisivos del cotilleo morboso actual, los miembros de la farándula -queridos cómicos- y los periodistas que informábamos sobre ellos, fuéramos del corazón o no, disfrutábamos de buenas relaciones, de cercanía. De vez en cuando me encuentro con alguien de entonces y nos abrazamos como compañeros de viaje. Hace poco estuve un par de veces cerca de la gran actriz Asunción Balaguer, y me trajo el perfume de aquella época. A Paco Rabal, cuya muerte se produjo hace diez años -en pleno vuelo desde Montreal, espero que con champán francés-, te lo podías encontrar por entonces en el ascensor de un hotel y disfrutar de sus bromas más simpáticas. Era un gran hombre, además de un actor exquisito, que fue afinándose con el tiempo, conforme perdía las formas de galán que hicieron estragos. Son tantos los personajes que encarnó -el obrero sin trabajo angustiado y abocado forzosamente al delito de Hay un camino a la derecha me caló cuando era casi una cría: era Barrio Chino en estado puro-, que, para resumir, aquí tenéis una foto de una de sus interpretaciones que más amo, en Los santos inocentes, de Mario Camus.

Ay, se te echa en falta, puñetero.